Se llama Rafael Joaquín Balaguer Báez, tiene 58 años y el recuerdo de sus años en Ponce, Puerto Rico, cuando se le sentaba en las piernas “a ese viejito” que se pasaba los días escribiendo y leyendo.
Nació en San Cristóbal en 1960. Se presenta como el producto “de un desliz” entre Gladys Báez, su madre que aun vive, y el expresidente dominicano Joaquín Balaguer.
En 1962 dice haber salido junto a su madre a Puerto Rico, en el comienzo del exilio de Joaquín Balaguer, tras la caída de la dictadura de Rafael Trujillo Molina, a la que había servido por largos años con puestos de principalía.
El tiempo de exilio en Puerto Rico del expresidente Balaguer fue corto. Se extendió hasta 1965, pero ya residiendo en Nueva York, en Estados Unidos.
La primera vez que pisó República Dominicana, luego de aquella partida en el 1962, fue en el año 2014. Le gustó la gente y lo bonito de la ciudad, dice. Todo bien hasta que lo pasearon por Villa Mella, en el municipio Santo Domingo Norte. Ahí vio las precariedades con las que la gente vivía, dice. Desde entonces piensa en cómo ayudar.