Entre la voluntad de primero hacer un culto de acción de gracias a Dios, servicio religioso cristiano, y comenzar el “teteo”, fiesta en donde se consumirá bebidas alcohólicas, música y un cocido incluido, estaba el ambiente en casa de Jaqueline Feliz, madre de los dos jóvenes dominicanos víctimas de un secuestro en Haití y que ayer lunes retornaron a la República Dominicana.