Donald Trump está convirtiendo la última carrera hacia las elecciones locales de Iowa en un escaparate de sus afirmaciones de persecución política mientras busca chupar oxígeno de sus oponentes republicanos que se encuentran en la cola de la carrera. El esperado malabarismo de Trump entre las apariciones en los tribunales y los eventos de campaña de esta semana será una metáfora de toda una elección eclipsada por los enredos legales del expresidente.